Supongo que han visto el
programa 1000 maneras de morir. Pues bien, cuando yo era pequeña le temía mucho
a morir y en especial a 2 formas específicas de acontecimiento. La primera
quemada y la segunda también quemada pero por una erupción volcánica.
Y si nos detenemos a analizar
nuestro temor a la muerte, en realidad no es a la muerte en sí, sino a la vía que nos llevara a tan fatídico
fin. Tememos lo desconocido, el dolor y la separación de este mundo.
Ahora, regresando al programa
de 1000 maneras de morir, encontramos que son tan variadas e inusuales las
maneras en que uno estira la pata que de ahí el susto.
No sabes si te caerá una
ballena del cielo, si te atravesara un pez vela, si un rayo te abatirá tomando
una ducha o qué carajos te pueda pasar.
Hoy por hoy ya no le temo a
morir, ni a la manera curiosa o simple en que me llegue, lo que si me queda es
la zozobra de las telenovelas y su poca imaginación para hacer que sus
personajes, mueran. El típico infarto al miocardio, por atropellamiento, muerto
por una bala, acuchillado o muerte natural. Que aburridos, deberían ver el
programa igual y aprenden algo o ustedes qué piensan?
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